En plena revolución de la longevidad ¿estamos preparados para envejecer?
Comentário do Blog: Esta pergunta está adequada a todos os países e cabe ser feita por todos nós, individualmente, tendo presente que o envelhecimento é um processo comum a todos os seres vivos. É fundamental que esqueçamos os estereótipos construídos, ao longo dos séculos sobre a velhice. Afinal somos o que a sociedade pensa que somos ou somos nós mesmos cada um com sua personalidade, seus valores e curso de vida próprios? O artigo refere-se a Argentina, mas importante é que saibamos que o mundo inteiro vive o mesmo momento. Mantive o artigo e espanhol, mas sintam-se a vontade para usar o tradutor que está logo acima, na página.
LLEGAR A LA VEJEZ. La expectativa de vida aumenta en Argentina, pero con los cuidados necesarios se la puede transitar con alegría y bienestar.
“Por un lado, el propio envejecimiento es un proceso que cuesta aceptar -afirma en diálogo con LA GACETA-. Por el otro, estamos viviendo una ‘revolución de la longevidad’, que en poco tiempo ha modificado de hecho muchas reglas del juego”.
Vencer estereotipos - “A pesar de ser ineludible -de hecho, la curva de envejecimiento empieza alrededor de los 25 años- nadie quiere volverse viejo”, destaca Gascón y añade que los ideales propuestos por la sociedad -fuerza, belleza- conspiran contra el propio envejecer, y también contra los que ya envejecieron. Mitos idealizantes como el de la eterna juventud generan desde una infantilización de los adultos mayores (se los trata de ‘chicos’, se les impide ser autónomos y tomar decisiones, por ejemplo) hasta maltrato y discriminaciones: el ‘viejismo’ es el único caso que conozco en el que se discrimina un grupo del que -si se llega- se va a formar parte”, añade.
En síntesis: en los tiempos que corren no nos llevamos bien con la vejez, y cuando el “fantasma” se personifica en los padres el problema suele ser mayor.
La vejez de los padres - Pero la realidad es que un grupo cada vez más numeroso de personas mayores vive 10, 15, 20 años más que en la década de 1960. Y, por otra parte, que esas personas han dado a luz una generación que Gascón llama “sándwich”: “tenemos más de 50 años. En otros tiempos, sin dudarlo nos hubiéramos hecho cargo de ellos. Pero esta es la generación de las mujeres que trabajan masivamente, tienen pocos hijos (o ninguno), construyen proyectos personales... Somos las de la minifalda, el cigarrillo y el amor libre”, describe. Y también -añade- las que, de a poco, se permiten preguntarse: ¿es una obligación hacerse cargo, o es una decisión? Esa pregunta -destaca- no viene sola: ¿cómo organizar la vida cuando los padres empiezan a envejecer? (Ver “Preguntas para estar atentos”).
“La mejor manera de acompañarlos es darles herramientas para que puedan valerse por sí mismos, y no tomar decisiones por ellos, sino -si hace falta- ayudarlos a tomarlas”, destaca Aguilar. Y es buena idea -añade- apuntalar su proyecto de vida (y ayudarles a construir uno, si la jubilación, por ejemplo, los dejó sin él).
La maldita culpa - El cambio de la realidad no necesariamente se refleja en una modificación del sistema de atención. “Hacerse cargo de un familiar dependiente, especialmente cuando eso se extiende en el tiempo, produce un desgaste terrible. El 80% de los cuidadores familiares termina en consulta por burnout. Al mismo tiempo, si no se hacen cargo, los carcome la culpa”, advierte Gascón. Para salvar esta paradoja es indispensable que el tema sea abordado en forma integral. “Es un nuevo (y en crecimiento) problema social, para el que, como sociedad, no estamos preparados”, añade.
“Es importante tratarlos como personas y evitar etiquetas: no es paciente, no es enfermo, no es un niño viejo. Respetar su autonomía es fundamental”, resalta Aguilar. “Suele generarse una dependencia psíquica mutua entre el adulto mayor y el hijo que asume su cuidado que, además de desgastante, enferma a la familia aún más”.
“Si todo el cuidado que da en manos de familiares, el desgaste puede ser enorme. Para evitar que esto ocurra -señala Gascón-, hay que cuidar a las dos partes de la familia: hablar entre los hermanos y con los padres; organizarse de manera que las responsabilidades se compartan, y estar atentos si alguien en el grupo familiar entra en crisis”.
Cinco preguntas para estar atentos1- ¿Pueden cuidarse solos? Cambios en la forma en que hacen las cosas pueden darte pistas sobre su estado de salud: ¿son capaces de seguir su rutina diaria (bañarse y cepillarse los dientes)? ¿Funcionan las cosas en la casa: andan las luces, prendieron la calefacción, está inusualmente largo el césped?
2- ¿Están perdiendo la memoria? Hay una diferencia entre los olvidos normales y la pérdida de memoria que dificulta las actividades cotidianas. Los signos de este tipo de pérdida de memoria pueden ser: hacer las mismas preguntas una y otra vez; perderse en lugares conocidos; no poder seguir instrucciones; confundirse con respecto al tiempo, las personas y los lugares
3- ¿Están bajando de peso? Bajar de peso sin proponérselo puede ser la señal de que algo anda mal, y puede relacionarse con problemas como pérdida del sentido del gusto o del olfato, dificultad para hacer las compras o problemas financieros que restringen lo que pueden adquirir en la tienda, o afecciones no diagnosticadas como malnutrición, demencia, depresión o cáncer.
4- ¿Pueden movilizarse solos? Prestá atención a cómo se mueven. ¿Están reacios a caminar las distancias habituales o no pueden hacerlo? ¿Han sufrido caídas? La debilidad muscular y el dolor de articulaciones pueden dificultar la movilidad. Si no tienen estabilidad al caminar, podrían caerse y las caídas son una de las principales causas de discapacidad entre los ancianos.
5- ¿Mantienen su vida social? Estar de algún modo (que les sea placentero) activos los ayuda mantener sus ganas de vivir. ¿Mantienen su interés por sus pasatiempos? ¿Participan en organizaciones, clubes o comunidades religiosas? Que los adultos mayores ya no quieran estar con otras personas puede indicar un problema.
Fuente: Mayo Clinic Fonte: http://www.lagaceta.com.ar/ Por Claudia Nicolin em 01/07/2018 Imagem: Stop Cancer Portugal
Comentários
Postar um comentário