O cérebro emocional: a empatia
Fonte: http://mejorconsalud.com/cerebro-emocional-la-empatia/ Em 1º/09/2015
Fonte: http://mejorconsalud.com/cerebro-emocional-la-empatia/ Em 1º/09/2015
Si nuestro cerebro percibe cierto nivel de malestar
psicológico lo manifestará mediante síntomas físicos. Así, nuestro cerebro
emocional es el soporte físico que conecta la mente con el cuerpo
“Somos seres emocionales que
aprendimos a pensar, no máquinas pensantes que aprendimos a sentir. Stanisla Bachrach
Hoy en día todos
tenemos muy claro que los primeros años de vida son los responsables de
entretejer nuestra mente y nuestro cuerpo con nuestras emociones, formando
una red que influirá en nuestra salud y nuestro bienestar para siempre.
Esto
significa que el desarrollo correcto de nuestro cerebro dependerá del tipo
de experiencias emocionales que tengamos. Lo cierto es que, de alguna manera,
nuestros primeros intercambios emocionales nos enseñarán qué ver y no ver en el
mundo emocional y social en el que nos encontramos.
¿Qué es la empatía?
“Eran los comienzos
de la Guerra de Vietnam cuando los soldados de un pelotón estadounidense
estaban en cuclillas en medio de un arrozal, en pleno tiroteo con el Vietcong.
De pronto, una fila
de seis monjes empezó a caminar a lo largo de las pequeñas elevaciones que
separaban un arrozal de otro. Con serenidad y porte perfecto, se dirigían
directamente hacia la línea de fuego.
No miraban a la
derecha ni a la izquierda. Caminaban en línea recta” –recuerda uno de los
soldados estadounidenses–. Fue realmente extraño, porque nadie les disparó. Y
después de que terminaron de caminar por los montículos, de pronto el deseo de
lucha me abandonó. Ya no tenía ganas de seguir haciendo eso, al menos ese día.
Debió de ser así para todos, porque todos abandonaron. Simplemente dejamos de
combatir”.
El poder del sereno
coraje de los monjes para apaciguar a los soldados en el fragor de la batalla
ilustra un principio básico de la vida social. Las emociones son contagiosas”.
Aunque el historial emocional de cada uno influye en la destreza de percibir las emociones de los demás, es algo que tenemos que trabajar de manera constante. Además, a pesar de que nuestras experiencias tempranas no hayan sido favorables, somos capaces de desarrollarla.
Dicho de manera
simple, la empatía es la capacidad de percibir, comprender y contagiarnos de
las emociones que nos rodean. Con esta definición nos podemos imaginar el
alcance que tiene en nuestro desarrollo esta habilidad.
Aunque el historial emocional de cada uno influye en la destreza de percibir las emociones de los demás, es algo que tenemos que trabajar de manera constante. Además, a pesar de que nuestras experiencias tempranas no hayan sido favorables, somos capaces de desarrollarla.
Esta historia
ilustra a la perfección lo que es la empatía, la cual podríamos “traducir” como
contagio emocional. Transmitimos y captamos nuestros estados de ánimo de
forma verdaderamente mágica; y la verdad es que el hecho de que estemos
invisiblemente tan conectados no deja de sorprendernos.
La
conexión mente-cuerpo-emoción
De unos años a esta
parte, parece que la ciencia va obteniendo respuestas, lo que le va permitiendo
localizar dónde reside nuestra capacidad emocional. Entre otras cuestiones, los
hallazgos en relación a este tipo de fenómenos se centran en las neuronas
espejo.
Estas neuronas son
células cerebrales cuya misión es reflejar la actividad que estamos observando
y son las culpables de que, por ejemplo, bostecemos cuando alguien lo hace ante
nosotros.
No obstante, el
circuito emocional que procesa nuestras emociones es muy amplio. Veamos con
algo más de detenimiento las zonas que intervienen en el procesamiento de
nuestras emociones:
El
sistema límbico, el cerebro emocional
Esta zona del cerebro es totalmente funcional desde que
nacemos y se cree que, incluso, en el vientre materno. Engloba el lóbulo
temporal, la zona orbitofrontal, la amígdala y el hipocampo.
Digamos que la zona
de la corteza cerebral orbitofrontal es una de las
principales responsables del desarrollo de nuestra capacidad empática. Funciona
como estación de repetición que percibe y transmite nuestras sensaciones
sobre el estado anímico propio y ajeno al resto de zonas del cuerpo.
El lóbulo
frontal, el cerebro ejecutivo
Esta parte del
cerebro logra modular y gestionar las emociones del sistema límbico para que
podamos encajarlas en nuestro ambiente externo, permitiendo que seamos seres
funcionales en la sociedad.
Es decir, nos
capacita para actuar correctamente conforme a las normas sociales, así como
para reflexionar sobre nuestros sentimientos y acciones.
Los hemisferios
cerebrales derecho e izquierdo
En términos
generales, en el hemisferio izquierdo los pensamientos y juicios del cerebro
ejecutivo dominan las emociones del sistema límbico, mientras que en el derecho
el cerebro emocional domina al ejecutivo.
Así es que, aunque
hay diferencias individuales abismales en este tema, según cuál de estos
hemisferios sea el dominante, las emociones gobernarán más o menos la
actuación de las personas.
En cuanto a las
diferencias de género, se ha hallado que el cerebro emocional es frecuentemente
más dominante en mujeres, mientras que el ejecutivo lo es en
varones. Esto apoyaría la aseveración de que el mundo femenino es más
emocional.
La conexión
entre la salud emocional y la física
Los verdaderos oyentes empáticos
hasta pueden oír lo que se dice en el silencio. Lo más importante en la
comunicación es oír lo que no se está diciendo. Peter F. Druncker
Nuestra naturaleza
establece conexiones muy concretas con objeto de unir estas estructuras
cerebrales a las distintas zonas de nuestro cuerpo, tales como las que regulan
la respiración, la función gastrointestinal, el sistema cardiovascular y el
sistema hormonal.
Tal es la conexión
que si nuestro cerebro registra cierto malestar emocional, aunque no seamos conscientes de él,
no sepamos o no podamos expresarlo, los sistemas físicos nos hablan mediante
síntomas. Digamos que mostrándose así pretenden darnos uno de estos tres
mensajes:
- Hay una necesidad emocional que no se ha satisfecho.
- Algo debe cambiar en nuestra vida para satisfacer esa necesidad.
- Algo o alguien está desequilibrado en nuestro alrededor y debemos atenderlo.
O sea, que nuestro
cerebro emocional es una especie de soporte físico que conecta la mente con
el cuerpo.
Si bien es cierto
que la impronta bioquímica que generan nuestras primeras experiencias con el mundo es
fundamental para mantener el equilibrio de nuestro estado emocional, a lo largo
de nuestra vida recibimos mensajes estimulantes de manera constante.
Así, la calidad
de nuestras relaciones dependerá de nuestra capacidad para compenetrarnos con
los demás. Es decir, cuanta mayor sintonización, mayor capacidad adquiriremos
para expresar y para recibir estados de ánimo positivos o negativos.
En definitiva, funcionar bien a nivel
emocional articula nuestro desarrollo, por lo que la empatía es
indispensable para mantenernos sanos y unidos a nuestro entorno.
Fuente de consulta
principal: Christiane Northrup en Madres e hija
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